Todavía no acabo de creer que imbécil soy, aunque el daño sea causado por otros la culpa es siempre del primer motor, uno mismo.
He vuelto a tropezar con la misma piedra, por segunda, tercera o cuarta vez,...no lo se, pero lo volví a hacer.
Hice una confidencia a quién no debía, a quién ya me la jugo varias ocasiones, pero nunca más lo podrá hacer por que ya aprendí la lección.
Supongo que la relación se enfriará y será más un bisturí, limpio, frío, preciso y con un objetivo claro, que un beso, cariñoso y sin sentido.
Será peor, claro, también para mí, me encerraré en mi mismo, más si cabe, y cerraré la bocaza, aprenderé a guardar confidencias y como no, aprenderé a aprender.
Un saludo,
Curro
No hay comentarios:
Publicar un comentario